BUENOS AIRES.- A casi dos semanas del crimen de Ángeles Rawson, los investigadores esperan los resultados de los peritajes científicos para sumar nuevas pruebas, en una causa que tiene al portero Jorge Mangeri como único detenido y que aún presenta muchos interrogantes.
La fiscala Paula Asaro tiene por acreditado que el 11 de junio la joven se despidió de sus amigas, después de una clase de gimnasia, y se fue a su domicilio. Según describió Asaro, Mangeri "habría causado la muerte de Ángeles Rawson horas después de haberla interceptado en el hall del edificio sito en Ravignani 2360, PB (de Palermo)" cuando regresaba a su casa.
"Previo maniatarla de pies, manos y muslos, colocarle una bolsa plástica color verde en la cabeza e introducirla en una bolsa tipo consorcio de color negro, Mangeri la habría depositado en un container de residuos de la zona, para su recolección por los camiones compactadores", afirmó la fiscala.
El abogado defensor del portero, Miguel Ángel Pierri, advirtió que es llamativo que nadie haya visto nada a esa hora, cuando suelen concurrir carteros y proveedores al edificio. Además, la mucama que a esa hora trabajaba en la casa de Ángeles dijo que no escuchó nada, lo que para la fiscala es un indicio de que fue atacada en la entrada.
Asaro remarcó que Mangeri era una de las pocas personas que tenía acceso al sótano del edificio, aunque no está probado que allí la hayan atacado. Todavía falta conocer el resultado de los análisis de cabellos hallados en ese sitio.
Según los peritajes, la adolescente murió por aplastamiento dentro de un camión compactador de basura donde fue arrojada atada y embolsada cuando aún estaba con vida. Sufrió traumatismos múltiples en tórax, cuello y cabeza. Asimismo, quedó descartado que la joven haya sido violada.
Por ahora, la expectativa está puesta en que aparezca material genético de quien la asesinó con el hilo sisal que tenía Ángeles en el cuello, o en las otras cuerdas utilizadas para atar sus manos, sus muslos y sus pies, así como en un cabello hallado adherido a una de sus uñas o en el uniforme de gimnasia que llevaba puesto.
La situación del portero
"Soy el responsable de lo de Ravignani 2360; fui yo", dijo Mangeri hace dos sábados a las 5.15 ante la fiscala, según se informó oficialmente. Sin embargo, Pierri sostuvo que su cliente le aseguró en la cárcel que no pronunció esas palabras.
Según Asaro, otro indicio es que Mangeri transportaba siempre bolsas de consorcio pesadas de una obra frente a su casa. Y se cree que la chica fue arrojada en una de ellas. La fiscala ponderó también que Mangeri conocía el horario de paso del camión recolector y compraba en el supermercado "Día", que entrega unas bolsas verdes como la que Ángeles tenía en la cabeza.
Los abogados del portero todavía no terminaron de leer la causa, por eso recién mañana decidirán si le aconsejan ser indagado. (Télam)